Sr.
Luis Almagro
No nos sorprende para nada su
actitud de
animadversión, hacia Venezuela y nuestra Revolución
Bolivariana, expresada en los últimos
días respecto a temas
como el proceso electoral del próximo mes de diciembre, las
decisiones
judiciales sobre los responsables de la desestabilización
violenta en nuestra
patria y la situación en la frontera colombiana.
No es nueva su
manifiesta posición en contra
de Venezuela. En 2012, ante la
suspensión temporal de la República del Paraguay en el Mercado
Común del Sur (MERCOSUR)
se abrió la posibilidad jurídica de nuestro ingreso pleno a
dicho mecanismo.
Usted como Canciller uruguayo, contrariando la voluntad del
Consejo de Jefes de
Estado, maniobró, sin éxito, hasta el final para impedirlo.
En 2013, desarrolló
un conjunto de argucias
para que Venezuela no asumiera la Presidencia Pro Tempore de
MERCOSUR. En tal
sentido, se trasladó a Caracas a plantearme, en mi condición
de Canciller, una
propuesta indigna para nuestra patria. La cual, como
recordará, rechazamos de
plano.
Más grave fue su
actitud inquisidora, durante
las visitas de la Comisión de Cancilleres de la Unión de
Naciones Suramericanas
(UNASUR) a Venezuela, con el propósito
de promover el diálogo político entre el Gobierno y diversos
sectores de la oposición
venezolana, en el año 2014.
En el marco de esta
iniciativa, intentó Ud.
cuestionar la decisión constitucional y soberana de la mayoría
parlamentaria en
la Asamblea Nacional Venezolana de suspender de ese cuerpo
legislativo a la Sra.
María Corina Machado; una de las
principales promotoras de la violencia terrorista, por haber
aceptado la
representación diplomática de otra nación ante la OEA. Recuerde Sr. Almagro que su actitud fue
cuestionada
en el acto por el resto de cancilleres del bloque regional,
por considerarla
una injerencia inadmisible en nuestra política interna.
Sr. Almagro, en ese entonces Ud. dio
crédito
público a las acusaciones emitidas por falsas organizaciones
de derechos humanos,
que vale acotar son financiadas por la Fundación Nacional para
la Democracia
(NED), en torno a las supuestas torturas
de
que fueran víctimas los ciudadanos detenidos por ser
organizadores y
ejecutores la violencia terrorista que se vivía en Venezuela;
acusaciones, por
cierto, que hasta la fecha no han sido soportadas con ninguna
prueba.
En reuniones
sostenidas con la oposición
venezolana, Ud. Sr. Almagro expresó sentirse avergonzado por
los relatos de
supuestas torturas y violaciones a los derechos humanos,
manifestando
abiertamente su solidaridad con los “torturados y muertos”;
otra vez dando por
cierta, sin ningún sustento probatorio, la versión de los
voceros del plan de desestabilización
de la democracia venezolana y
erigiéndose
en juez de nuestra revolución, para lo cual no tiene estatura
ni política, ni
moral.
Usted Sr. Almagro,
desde hace rato juega a
intereses diferentes a los de la independencia y soberanía de
los pueblos de
Nuestra América, por eso la dignidad y valentía del pueblo
revolucionario de
Venezuela lo golpetea en su propia historia traicionada. De
allí tanto encono contra
nosotros y nosotras.
Para nada nos
extrañó, cuando tras su visita
a la Casa Blanca en el año 2014, salió corriendo Ud. a la sede
de la OEA, sin
haberlo consultado con ningún país de la UNASUR, a proponer su
candidatura a la
Secretaría General del caduco organismo. Finalmente, apoyamos
y promovimos dicha
candidatura para desmontar la componenda armada por el
Departamento de Estado Norteamericano
de lograr que la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR)
fuera dividida en esa
elección.
Fue Ud. electo
Secretario General con el voto
de la República Bolivariana de Venezuela y de la Alianza
Bolivariana de Nuestra
América (ALBA), porque para nosotros los venezolanos y las
venezolanas, como lo
dijera nuestro Padre Bolívar “La Patria es la América” y como
nos lo enseñó el
Comandante Chávez, la unión de nuestros pueblos está por
encima de las intrigas
de los figurines de turno.
Una vez en el cargo
de Secretario General de
la OEA, en mayo de 2015, de inmediato asumió el papel esperado
de procónsul que
le exige el Departamento de Estado, dedicando toda su gestión
a atacar a la
Patria libre y digna de Bolívar.
En
menos
de seis meses de gestión como procónsul de Washington, Ud. se
auto propuso
como observador en las elecciones parlamentarias de Venezuela
y recibió para tal fin a Henrique
Capriles Radonsky, actor
político de dudosa conducta democrática, uno de los
principales instigadores y
ejecutores del golpe de estado fascista de 2002 contra el
Comandante Chávez y
en ese contexto, en su condición de Alcalde, practicó
personalmente detenciones
ilegales y arbitrarias contra ministros y diputados del
régimen constitucional
y tomó por asalto la embajada de la República de Cuba en
búsqueda de supuestos
asilados.
Más recientemente
este personaje con quien
Ud. se reúne, en abril de 2013, en su condición de candidato
perdedor convocó
al desconocimiento violento de los resultados electorales que
dieron como legítimo
ganador al Presidente Nicolás Maduro. Sr. Almagro le recuerdo
que Capriles
Radonsky aún sigue sin reconocer al Presidente
democráticamente electo de la
República Bolivariana de Venezuela y Ud. lo acoge como líder
de una oposición,
que ni siquiera lo reconoce internamente como tal.
Otra de sus
afrentas en 2015 contra nuestro
pueblo Sr. Almagro: El Poder Judicial venezolano, otorga
medidas cautelares
humanitarias a responsables de la violencia terrorista en los
últimos años en
nuestro país, como el Sr. Antonio Ledezma, connotado represor
y violador de
derechos humanos, en los años 90, y el
Sr. Daniel Ceballos, organizador de
grupos
paramilitares en la frontera en alianza con el genocida Álvaro
Uribe Vélez y Ud.,
afanoso, lanza un mensaje por las redes sociales,
regocijándose por “las
medidas a favor de los presos políticos en Venezuela”.
En
las
últimas semanas, Sr. Almagro, nuestro gobierno toma la
decisión soberana de
cerrar temporalmente sus fronteras con Colombia y desocupar
legalmente una
invasión de ciudadanos colombianos que permanecían ilegales del lado de nuestra frontera, tras
un
ataque armado de paramilitares de origen colombiano a una
patrulla de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana que estaba combatiendo el
irracional contrabando de
gasolina, alimentos y otros bienes esenciales que practican
estos grupos
irregulares contra nuestra economía, y Ud. salió presuroso a
Bogotá a diseñar
una maniobra fallida para llevar a Venezuela como acusada ante
el Consejo de
Cancilleres de la OEA, convalidando, una vez más sin pruebas,
la versión del
gobierno de Santos y del genocida Álvaro Uribe Vélez.
Derrotado en el
seno de la propia
organización colonialista, el fin de semana pasado se fue a la
frontera del
lado colombiano a intentar legitimar el escenario “falso
positivo”, de una
crisis humanitaria, montado por la oligarquía bogotana,
experta en ocultar
mediante el “marketing” el genocidio que ha cometido contra el
sufrido pueblo de
la Colombia profunda.
Almagro, cuando
vuelva a Colombia, sea serio
y pídale al gobierno del Presidente Santos le permita visitar
las regiones
donde habitaban los millones de desplazados por la acción
paramilitar y las
fosas comunes donde todavía esperan identificación los miles
de campesinos, mal
llamados “falsos positivos”, asesinados por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Sr. Almagro respete
al noble pueblo de
Venezuela, que es un gran pueblo. En nuestra patria conviven
más de 5 millones
de colombianos y colombianas, sobrevivientes del modelo
capitalista paramilitar
que la oligarquía bogotana impone a sangre, terror y fuego.
Colombianos y
colombianas que fueron acogidos y protegidos en nuestra
tierra. Más de 2 millones
de esas mujeres, hombres y niños fueron nacionalizados de
manera expedita, en
apenas 6 meses, por el gobierno de la Revolución Bolivariana.
Necesario es decir,
que nadie ha hecho y
arriesgado más para el logro de la paz en Colombia,
facilitando el dialogo que
ponga fin a la guerra civil, que los Presidentes venezolanos
Hugo Chávez y
Nicolás Maduro. Así lo reconocerá la historia, más temprano
que tarde.
Sr. Almagro, Ud.
tiene menos de 6 meses en el
cargo de procónsul, en vez de dedicar su gestión a agredir a
Venezuela, por
vergüenza propia, debería ya haber recibido o visitado a los
familiares de las
miles de mexicanas y mexicanos desaparecidos, en especial al
Comité de
familiares de Ayotzinapa; con valentía debió haberse
presentado en los retenes
de niños inmigrantes de Nuestra América en la frontera sur de
Estados Unidos de
Norteamérica; o solicitado la clausura del centro de detención
ilegal y tortura
que tiene el gobierno norteamericano en Guantánamo, territorio
cubano
ilegalmente ocupado por el Imperio del cual Ud. ha devenido en
agente.
Todavía está a
tiempo de hacer algo al
respecto de estas vergonzosas situaciones, solo así pudiéramos
pensar que de
verdad, como dijera el Comandante Che Guevara, Usted se
indigna ante la
injusticia y tal vez podríamos llamarlo,
de
nuevo, Compañero.
Sr. Almagro, ningún
figurín ha podido con la
resolución del pueblo venezolano de construir una sociedad
socialista en
libertad. No será Ud. quien lo logre, dedique su esfuerzo a
acompañar a los
pueblos de Nuestra América que claman justicia frente al
atropello imperial y al
desprecio a sus derechos por parte de las rancias oligarquías
latinoamericanas.
Recupere algo de la
dignidad entregada y déjenos,
a los hijos e hijas de Bolívar, seguir
andando con nuestras banderas bolivarianas y socialistas en
alto.
Vaya nuestra
admiración y afecto al pueblo
uruguayo y a nuestros y nuestras camaradas del Frente Amplio
que ondean
orgullosos y orgullosas las banderas del Socialismo.
“Unidos
íntimamente por vínculos de naturaleza y de intereses
recíprocos, luchamos
contra tiranos que intentan profanar nuestros más sagrados
derechos”.
De
José Artigas a Simón Bolívar.
Cuartel
General, 20 de julio de 1819.
ELÍAS JAUA MILANO
EX CANCILLER DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA.