Decenas de activistas sociales japoneses se concentraron frente a la embajada estadounidense en Tokio, para condenar el bombardeo nuclear de Estados Unidos en Nagasaki -el 9 de agosto de 1945- en el marco de 67 aniversario de este acto atroz que dejó más de 70 mil muertos.
Los manifestantes expresaron su indignación por la política estadounidense y dejaron saber que el pueblo japonés nunca se olvidará de esos ataques nucleares, en referencia también al bombardeo de la ciudad Hiroshima, también en 1945.
En Nagasaki, cerca de seis mil personas se reunieron en el Parque de la Paz, ubicado cerca del epicentro de la explosión, para conmemorar la trágica fecha.
El ataque a Nagasaki se produjo apenas tres días después de que Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre la ciudad occidental de Hiroshima, en los días finales de la Segunda Guerra Mundial.
El ataque con bomba en Hiroshima mató a unas 140 mil personas, y la lanzada sobre Nagasaki se cobró la vida de alrededor de 70 mil víctimas. Sin embargo, la radiación nuclear siguió cobrándose miles de vidas adicionales en los años siguientes.
Actualmente, Estados Unidos se promociona como el máximo defensor de un mundo sin armas nucleares. No obstante, Washington posee el más grande arsenal nuclear en el mundo y ha sido el único que alguna vez usó bombas atómicas contra otra nación.
Los aniversarios de los dos atentados son de gran importancia para Japón, especialmente ahora después de los desastres del año pasado causados por el escape de radiactividad de la planta de Fukushima Daiichi.
El desastre de Fukushima que fue causado por un enorme terremoto y su posterior tsunami, y ha originado una creciente ola de sentimiento anti-nuclear en el país.
El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, proyecta un cambio de política hacia la reducción de la dependencia del país en materia de energía nuclear, mediante la promoción del desarrollo de fuentes alternativas, pero se trata de un plan que se hará efectivo a largo plazo.
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